La poda de la vid es una labor esencial en la producción del vino en Rioja Alavesa. Es el proceso mediante el cual se cortan y eliminan las ramas de la planta, con el objetivo de controlar su crecimiento y aumentar la calidad y la cantidad de uva.

Sin embargo, la poda va más allá de ser solo una tarea necesaria para la producción vinícola, es una ocasión emocional para los viticultores del territorio. Es el momento en el cual se toman decisiones importantes, se reflexiona sobre el pasado y se planea el futuro.

Durante la poda se decide cuáles son las ramas que deben ser eliminadas para permitir que la planta se concentre en producir uvas de mejor calidad. Es la ocasión en la que se analizan las condiciones climáticas del año anterior, se piensa en las condiciones y circunstancias que se prevén este año y en base a todos estos datos se toman decisiones para mejorar el rendimiento de la cepa.

Para los viticultores, la poda también es una ocasión de nostalgia. Es el momento en el que se recuerdan las cosechas pasadas y se reviven los buenos y malos momentos. Es un momento en el que se celebra el esfuerzo y la dedicación que se ha puesto en las vides a lo largo de los años.

La poda también es una oportunidad de esperanza. Se planifica el futuro, se espera una buena cosecha y se trabaja para asegurar que las vides estén en las mejores condiciones posibles. Es una ocasión en el que se celebra la vida y el trabajo en equipo que dará como fruto una nueva añada.

En resumen, la poda de la vid en Rioja Alavesa es más que una labor necesaria para la producción del vino. Es una ocasión emocional, llena de decisiones importantes, reflexiones, nostalgia y esperanza.

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